¿Por qué no bailan? de Carver
Un hombre con todas sus cosas en el jardín. ¿Sus cosas? Las cosas de él y de ella, esa mujer que no tiene nombre ni cara y sin embargo su presencia se siente a lo largo de todo el relato.
La primera incógnita que se presenta es porqué todos sus muebles están en el jardín, de los cuales se aclara muchos eran obsequios. Sobre la mesa había un tiesto con un helecho, una vajilla de plata en su caja y un tocadiscos. También eran regalos.
Entonces tenemos un hombre melancólico rodeado de sus cosas, sus anclas a un pasado que vuelve y le duele; su lado y el lado de ella. Pensó en ello mientras bebía a sorbos el whisky. Un pasado compartido y un presente solitario.
Se asoma unos novios, jóvenes, que están empezando su vida juntos y por estar empezando se ven necesitados de esas cosas que adornan la vida en pareja. Sin buscar, encuentran esas mismas cosas que supieron adornar la vida en pareja de aquel hombre sin nombre que ahora las está vendiendo, u ofreciendo en realidad porque claramente no le importa el precio de venta.
El whisky lo acompaña todo el relato, pero un dedo no tapa el sol y aún así el dolor deja su impronta y se filtra en sus acciones. En un momento, el hombre les ofrece a la pareja bailar al son del tocadiscos que hubo de ser un regalo... ¿Para qué ocasión? Mi interpretación, un regalo de bodas y el baile, tan sentido por los personajes, me suena a una alusión del vals de los novios.
No se dice qué es lo que pasó, pero tuvo que haber sido algo muy fuerte, un proceso largo y tormentoso. Creían [por los vecinos] haberlo visto todo en esta casa. Y el final es éste, un hombre solo y solitario tratando de desprenderse de un pasado que lo atormenta. ¿Los detalles? Bueno, eso nunca lo sabremos.